Manolo, el mayor, es impulsivo y aventurero; Carlos, tranquilo y reflexivo; y Margarita, la única hermana, es el corazón de la familia, la que siempre encuentra la forma de mantener la armonía.
Desde pequeños, eran como un equipo. Manolo y Carlos, aunque a veces se peleaban, siempre se defendían mutuamente y Margarita también se unía a sus travesuras y era la estratega de sus juegos.
"Lo cierto es que, si no hubiera sido por Margarita, estaríamos perdidos. Nos enseñaba a jugar, a protegernos... a no hacer demasiades locures, aunque yo nunca la escuchaba." - dice Manolo con una sonrisa picarona.
En su pueblo, la gente suele decir que esta familia es especial, que su unidad es algo digno de admirar. Y aunque ellos no se consideran nada fuera de lo común, saben en lo más profundo de su corazón que, mientras sigan juntos, no hay nada que no puedan superar. Habían aprendido desde pequeños que, a veces, la fuerza de una familia no está en la cantidad de personas, sino en la calidad de su amor. Y ellos tienen más amor del que el mundo podía imaginar.
FOTOGRAFÍA Borja de la Lama
DIRECCIÓN DE ARTE Y ESTILISMO Manu Mendi
ASISTENTE DE FOTOGRAFÍA Javi García de Diego
AYUDANTE DE ESTILISMO Y PRODUCCIÓN María Gadez
VIDEO Ron Dulcey